jueves, 31 de diciembre de 2015

Curiosidades para empezar el año con buen pie

Puede que la suerte esté echada, pero nosotros lo que queremos es tenerla de nuestra parte. En este cruce de calendario nos jugamos nuestra buena fortuna, si hacemos caso a la tradición. Hace falta mucha fe, eso sí. Muchas de estas supersticiones se las debemos a los supersticiosos romanos, a sus Saturnales: la Navidad y el Carnaval juntos y con regalos, algo apoteósico. Nadie le puede quitar su magia a la última noche. Comer las 12 uvas es solo el principio de un cuento sin fin. Ataviarse de lunares en Filipinas (redondos como monedas), brindar con champán aquí y allí, o pedir consejo a los que fallecieron en México son maneras de atravesar este umbral. Vamos a ello.
LAS DOCE UVAS
Lo difícil es llevar el compás de las campanadas, comerlas a su ritmo, llegar a la docena sin atragantarse en el intento, pero poderse se puede. Y lo manda una tradición de más de 100 años: la idea de unos viticultores del Levante español para dar salida a un excedente de cosecha a principios del siglo XX. Con el sortilegio del número 12. Además, las uvas son un poderoso antioxidante. Y nada nos viene mejor ahora que desoxidarnos, supervitaminarnos y  mineralizarnos. Por cierto, si estás cansado de más de lo mismo, siempre puedes rizar el rizo: tomarlas de pie, apoyarte solo sobre la pierna izquierda para entrar en el nuevo año con el pie derecho o meter dinero en el zapato para conjurar a la abundancia. Y, cómo no, echarte a la calle, en la Puerta de Sol en Madrid o en cualquier otra plaza de la geografía española.
Ahora sí que quieres que te den las uvas
PONERSE ALGO ROJO
El rojo como despertador de ánimos y pasiones ya nos tiene ganados, así que es fácil creer en su encantamiento también en fin de año. Además, no se pierde nada y se gana glamour. En Colombia, sin embargo, el poder lo tiene el amarillo: en la ropa interior.
UN RAMITO DE 'VIOLETAS' O CORRER CON MALETA
Claro que si estás en Costa Rica y te regalan un ramito de pequeñas flores silvestres de Santa Lucía (de color morado) estás de suerte. Los brasileños costeros se van al mar, saltan la olas y llenan de flores el agua. En Colombia han llevado más lejos lo del conjuro y salen a la calle con maleta o la dejan en la puerta para que el año sea viajero. Tenía que ser aquí. Y no solo aquí: se hace ya en muchos lugares del mundo.
BESARSE BAJO EL MUÉRDAGO
Besarse ya es una suerte, pero este beso de medianoche en New York, New York (y otros Estados de los Unidos) es especial. De lo contrario, esperan a la vuelta de la esquina no cien años de soledad como los de García Márquez, sino 365 días, que no es tanto pero es mucho. ¿Una americanada más? Ni mucho menos. Es una costumbre celta: el muérdago da suerte sí o sí.
DESFILE DE ANTORCHAS Y MUCHO TEATRO
Tirarse de cabeza al Hogmanay de Edimburgo, un jolgorio ancestral donde cabe un poco de todo: desfile de antorchas de inspiración vikinga, pista de baile -no cualquiera, sino el 'ceilidh', la danza tradicional de los pueblos gaélicos-, gaitas, teatro callejero (cómo no), espectáculo de luces, fuegos artificiales, y todo donde tenía que ser, a mayor gloria de doctor Jekyll y el doctor Hyde: en la Royal Mile, esa calle que va del castillo al palacio. Se queman hasta las naves (una de madera).
Edimburgh's Hogmanay (©Grant Ritchie)
LAS LENTEJAS VALEN SU PESO EN ORO
En Italia no es "si quieres las comes y si no, las dejas", sino un paso que hay que dar para llenar los bolsillos. Las lentejas son como un imán para el dinero. Desde luego hace falta fe. Pero el hierro que contienen las saludables legumbres no nos lo quita nadie. Parece que la tradición también se debe a los romanos.
¿12 CAMPANADAS?¡108!
En Japón se dan hasta 108, tantas como pecados carga el ser humano y que se alejan según van sonando. Esto en los templos budistas. Adiós a la envidia y a la gula. Es el 'joya no kane'. Las familias comen tallarines para que la vida sea larga (sobra explicar por qué) y con toda la tranquilidad del mundo (esto es Oriente).
BARRER LA CASA
Puede que esta tradición no convenza aquí, con el trajín de las fiestas, porque los mexicanos barren la casa antes y después de tomar las uvas. De esta manera, se purifica: cero impurezas. Una especie de San Juan en diciembre: en otros países del Cono Sur se queman muebles y ropas viejas para empezar de nuevo, e incluso se tiran calendarios por la ventana (Uruguay) o se arroja agua por la calle para que se lleve lo malo (Cuba).
ROMPER LA VAJILLA O SALTAR DESDE LO ALTO DE UNA SILLA
Esto cuando dan las 12 en el reloj en Dinamarca y, sí, cargarse los platos trae suerte. Si dan en el reloj de Londres, es el momento de salir pitando para ser el primero en visitar a familiares y amigos y llevarles la buena suerte ('first footing') con regalito a bordo y máxima puntualidad, eso por supuesto.

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